HACIA EL 29J
Desde el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos, como colectivo en lucha por unas condiciones materiales de vida tan básicas como es la vivienda, convocamos a una gran manifestación este 29 de junio ante la degradación y la explotación neoliberal del cuerpo común que encarnamos y habitamos y que en Málaga, como en tantos otros territorios con los que nos solidarizamos, aterriza a través de los circuitos cada vez más extensos de las industrias turísticas.
El descontento y el malestar que sentimos no es nuevo ni es solo nuestro, por eso queremos hacer llegar la convocatoria a todas aquellas personas que al igual que nosotrxs, entienden que parece no haber límite a la explotación de nuestra existencia y vidas en común: nuestros cuerpos, nuestros barrios, nuestras ciudades, territorios y ecosistemas de los que formamos parte.
Esta convocatoria es amplia y es transversal, porque no podemos pensar la turistificación y la precarización del trabajo desligadas de los circuitos capitalistas, coloniales y patriarcales que nos aíslan y someten. No podemos pensar en los centros urbanos masificados, homogeneizados bajo la premisa del beneficio extractivista y exclusivo de unos pocos, sin pensar en el desgaste de los ecosistemas y territorios tanto dentro como fuera de las ciudades.
Creemos fundamental luchar contra este tipo de explotación que se cuela hasta el último resquicio de nuestras vidas y entornos si queremos imaginar un futuro que le haga frente al servilismo, a la expulsión de nuestros barrios y ciudades, a la explotación de los entornos naturales, a la precarización y al empobrecimiento de nuestras vidas.
Por ello hacemos una llamada a pensar y analizar juntxs qué ciudad, qué vida y qué futuros queremos y caminar juntxs hacia el 29J. Esto queremos hacerlo a través de distintos encuentros que condensan las cuestiones que como habitantes y vecinxs queremos defender, cuidar o hacer frente:
El Sindicato de Inquilinas e Inquilinos (re)inició hace poco más de año un proceso de autoorganización que nos ha permitido la composición con multitud de afectadas por el alquiler. Día a día hemos hecho frente al poder rentista desde abajo y hemos aprendido a resistir codo con codo. Es el momento de desbordar la asamblea de casos, ampliar nuestra capacidad organizativa y conectar las luchas individuales, los bloques en luchas y los barrios para ponerle freno al negocio de la vivienda.
La vivienda y los centros de las ciudades se convierten en producto con el que especular y enriquecerse. Los ecosistemas y recursos naturales de los que dependemos, en escenarios de megaproyectos inmobiliarios o turísticos que los desgastan, poniendo en peligro la subsistencia y el sostenimiento de la vida. Queremos decir basta al expolio del territorio, tanto en ciudades y pueblos, como en el campo.
Salarios de mierda, horarios imposibles y alquileres impagables. Así están las cosas. Las mismas que somos expulsadas de nuestros barrios por los procesos de truistificación y las subidas del alquiler, volvemos una y otra vez al centro turistificado para “servir” por tres duros en una industria hostelera que solo atiende a los intereses de la patronal. Las condiciones laborales son un chiste y los titulares de prensa puro pitorreo: “faltan camareras”. ¿Faltan camareras? ¡No! ¡Sobran explotadores! Necesitamos conectar las luchas y poner patas arriba el modelo de ciudad para acabar con la precariedad y la explotación.