La lucha por la vivienda digna es también contra el racismo y la xenofobia:
Negarse a alquilar un piso, modificar las condiciones o subir el precio ofertado originalmente solo por el origen o la religión son algunas de las experiencias que las personas extranjeras (o percibidas como tal) de nuestro país pueden sufrir durante la búsqueda de una vivienda, dejándolas. Aunque el rumor de si eres migrante te dan un piso automáticamente se utiliza para avivar el racismo y la xenofobia, miles de personas solicitantes de asilo y refugio pasan meses sin poder alquilar una vivienda, dejando en una situación de aún mayor vulnerabilidad a las familias monomarentales migrantes. Estos precios desorbitados de la vivienda generan un colapso del sistema de asilo en el que no se puede asegurar una vivienda digna a las personas desplazadas, ¿Por qué?
El itinerario que sigue una persona solicitante de protección internacional hasta que se le reconoce el estatus de persona refugiada se divide en dos fases que se alargan desde los 18 meses de protección estatal a 24 en caso de familias vulnerables. La primera, llamada de acogida temporal, cubre las necesidades básicas como el alojamiento temporal, manutención u orientación social, donde los centros de atención a refugiados y pisos gestionados por ONG juegan un papel importante. En teoría no debería durar más de seis meses, pero en la práctica se sobrepasan los tiempos debido a las dificultades de las personas desplazadas para pasar a la fase dos.
La fase dos consiste en la preparación para la autonomía, donde se intenta facilitar la independencia e integración de las personas desplazadas, apoyándoles en la búsqueda de vivienda y empleo. Sin embargo, las personas desplazadas no son capaces de encontrar pisos debido a los precios desorbitados y las malas condiciones de habitabilidad en los pocos pisos que son de precio asequible, además de la lacra del racismo residencial. (Bienvenidas Refugiados)
El informe ‘¿Se alquila? Racismo y xenofobia en el mercado del alquiler’ (2020) es una publicación de Provivienda sobre la discriminación que sufren las personas extranjeras para acceder y mantener una vivienda en alquiler, donde se muestra que el 72.5% de las inmobiliarias contactadas aceptan formas explícitas de discriminación. Este mismo informe indica que al 34,8% de las personas españolas se les solicita contrato indefinido; a las personas migrantes, un 62.2%. Las inmobiliarias piden aval al 19,9% a las personas españolas; a las personas migrantes, un 32,3%; y a un 21,2% de las personas españolas se les proponen viviendas sin ascensor, frente a un 38,5% a las personas migrantes.
La dificultades de acceso a una vivienda digna en condiciones justas, hace que muchas personas acaban asumiendo un estilo de vida itinerante, ya que allá donde consiguen residir acaban siendo expulsados o bien porque se les incrementa de un día para otro el precio de su vivienda o porque deben desalojar las viviendas ocupadas, dada que es la única alternativa a la calle que encuentran.
Las únicas alternativas habitacionales al alcance de muchas personas estigmatizadas por su raza y/o proceso migratorio son las viviendas precarias, casi siempre insalubres y en condiciones de hacinamiento situadas normalmente en la periferia. Como estipula el Informe de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea sobre antigitanismo de género, el 42% de personas encuestadas pertenecientes a la etnia romaní afirmaron carecer de agua corriente, de conexión a la red de alcantarillado o de electricidad en sus hogares.
En el contexto del Reino de España, Secretariado Gitano indica que debido a esta situación de desamparo institucional “el 12% de las personas de etnia gitana vive en infraviviendas o espacios que no reúnen condiciones adecuadas, en muchas ocasiones en asentamientos aislados de las ciudades que impiden también el acceso a las oportunidades”. La falta de vivienda digna hace que la esperanza de vida se sitúe entre 12 y 15 años por debajo de la media debido a la fuerte desigualdad social que atraviesa a esta comunidad.
El derecho a la vivienda digna, nos involucra a todas (independientemente de nuestra raza, origen, género y su intersección con la clase), y todas lo vamos a defender el 29J.
https://refugees-welcome.es/racismo-inmobiliario
https://www.elsaltodiario.com/vivienda/racismo-inmobiliario-ceba-mujeres-migrantes-espana
https://www.publico.es/uwu/cultura/racismo-inmobiliario-una-barrera-al-hogar
https://www.publico.es/sociedad/racismo-burbuja-inmobiliaria-dejan-casa-refugiados-me-piden-ano-adelantado.html
https://www.provivienda.org/informe-se-alquila-racismo-xenofobia-mercado-alquiler